Negra Luna, se nos fue inesperadamente, con toda su gracia a cuestas el 23 de julio de 2017. Ya la extrañamos un montón, luego de mas de 30 años ininterrumpidos de una encantadora sociedad.
Plata Nativa empezó con una pasión compartida por los diseños autóctonos. Profunda, de esas pasiones que incitan a viajar, a mirar paisajes alejados y viejas culturas con curiosidad, a estudiar su historia. La joyería precolombina, el diseño araucano, los tejidos indígenas del noroeste argentino y el arte colonial son la herencia donde Negra Luna, Marta Campana y Leo Alché encontraron la belleza.
Ocuparon un territorio pequeño en pleno centro de Buenos Aires. Lo cubrieron de piso a techo con tallas, tupos, retablos y textiles; iluminaron los collares tejidos con técnica de macramé, para que brillen las piedras y los abalorios. Logran una mezcla de artesanía regional con buen gusto, y no confunden moda con belleza duradera.
Con mucha sabiduría, el trabajo de artesanos apasionados y bajo el amparo de amuletos mágicos y relicarios religiosos, nacen piezas únicas que no se limitan a reproducir los diseños de los pueblos nativos; los hacen visibles y palpables, capaces de transmitir la emoción y la fuerza del arte primitivo.